Preguntas como ¿estás seguro/loco? o ¿te lo has pensado bien? son muy frecuentes y que todo emprendedor ha tenido que escuchar, sobretodo en los tiempos que corren.
Emprender en muchas ocasiones es nadar a contracorriente, ver oportunidades donde mucha gente ve una desventaja o imposibilidad y que su temor a innovar, cambiar o evolucionar se traduce en opinar negativamente ante un estímulo positivo.
Creer en tu proyecto, ilusión, confianza, optimismo y ganas de cambiar la realidad son algunos de los muchos ingredientes necesarios para lograr tu primera meta: constituir tu empresa. Pero cuidado, hay que ser consciente que un proyecto debe seguir un proceso y saltarse pasos de éste puede ser crucial el día de mañana.
Un plan de empresa no solo es plasmar tus ideas en papel sino analizar y valorar la viabilidad de tu proyecto. Para ello hay que ser lo más objetivo posible, valorar pros y contras, analizar que impacto tendrá tu idea en el mercado y sobretodo, ver como te distinguirás de la competencia, si la hay.
Es recomendable recorrer a ayuda externa que te asesore en el proceso de creación de tu empresa, como valorar y analizar tu idea y que pasos burocráticos hay que seguir, y lo más atractivo, a que ayudas económicas puedes optar.
Muy importante: rodearse de personas positivas con afán de superación y que no sean conformistas.
" Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo.... del miedo al cambio. "
Ánimos!!!
